08 Jun
Asesinato de Cardenal Posadas Ocampo, Ruiz Massieu y Colosio Murrieta


Asesinato del ovispo 

 

El 24 de mayo de 1993 fue asesinado a plena luz del día en el

estacionamiento del Aeropuerto Internacional de Guadalajara. Los abogados       del arquidiócesis lo consideraban un crimen de estado, lo que respaldó el médico forense Mario Rivas Souza, quien reveló que no se le practicó la autopsia al cadáver por orden escrita del presidente Carlos Salinas de Gortari. Salinas de Gortari modificó la Constitución y restableció relaciones   con la Santa Sede, rotas desde 1858. El Cardenal Posadas fue asesinado cuando iba al aeropuerto a recoger al Nuncio Apostólico Girolamo Prigione con quien iba a celebrar por primera vez la fiesta litúrgica de "Cristóbal Magallanes y sus compañeros mártires", beatificados seis meses antes.

 

La Procuraduría General mexicana había sostenido que el cardenal Posadas fue víctima de fuego cruzado entre narcotraficantes rivales, uno de los bandos intentando matar al líder del bando contrario «Chapo» Guzmán. La Procuraduría General de la República, conjuntamente con el Gobierno del Estado de Jalisco y la Iglesia Católica mexicana concluyeron el 24 de mayo de 1999 que el Cardenal Posadas no murió como fruto de tal "confusión", sino que fue acribillado en el acto de bajar de su automóvil, por lo que pudo ser fácilmente identificable por su asesino.

 

Asesinato de Ruiz Masseui 

 

La mañana del 28 de septiembre de 1994, a las 9:32 a.m. recibió un impacto de bala. Antes de esto, Ruiz Massieu había asistido a una reunión junto a 180 diputados electos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) llevado a cabo en el Hotel Casa Blanca, ubicado en la calle de La Fragua (a un lado del monumento a la Revolución) de la capital mexicana. Tras dicho encuentro, Ruiz Massieu intentó abordar su automóvil y un joven de 28 años de edad de nombre Daniel Aguilar Treviño, originario del estado de Tamaulipas, le disparó en el cuello. Tras dicho atentado fue trasladado a una clínica privada, llegando aún con vida. La herida de bala en el cuello provocó una pérdida masiva de sangre causando su fallecimiento una hora después de su llegada al hospital. Aguilar Treviño fue detenido por elementos de seguridad tras una breve persecución. El cómplice de Aguilar Treviño resultó ser un primo suyo de nombre Carlos Ángel Cantú Narváez. Este último también fue detenido, aunque no estaba presente en la escena del crimen, pero a pesar de ello, hubo pruebas y cargos en su contra.

 

Ambos cómplices cumplen una sentencia de 50 años en prisión. Esto ocurrió precisamente seis meses después del asesinato del entonces candidato a la presidencia de la República por el mismo partido, Luis Donaldo Colosio, el 23 de marzo de 1994. Al igual que en el caso de Colosio, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari nuevamente fue cuestionado por este hecho.

 

 

Asesinato de Luis Donaldo Colosio 

 

La muerte de Colosio se considera el primer magnicidio cometido en México desde el asesinato de Álvaro Obregón del 17 de julio de 1928.[2] Por el   enrarecido ambiente político en el que sucedió, además de los errores, omisiones y desatinos que se cometieron en el curso de la investigación, este caso generó grandes sospechas e incredulidad entre la población. La opinión popular que prevalece es que se trató de un complot orquestado y dirigido en el seno del propio PRI, ordenado directamente por el entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, a través de su jefe de asesores, José

María Córdoba Montoya. Sin embargo, el último fiscal del caso, Luis Raúl González Pérez, estableció que no existen evidencias sólidas para señalar a nadie más que Mario Aburto Martínez como único autor intelectual y ejecutor del crimen, y por ello el gobierno considera cerrado el caso desde el año 2000.

 


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